Al comenzar el segundo trimestre, nuestro alumnado vuelve al colegio emocionado tras pasar unos días con su familiares y amigos. Durante estos primeros días, de vuelta a la rutina, han compartido sus experiencias vividas en sus vacaciones navideñas, pero lo que más ilusión y curiosidad despierta en los niñas y niños es, contar y escuchar a sus compañeros hablar de los regalos recibidos.
Aprovechando la ocasión, el profesorado de infantil, ha planificado y llevado a cabo un taller, en cada aula de nivel, para trabajar el valor de compartir.
Aprender a compartir es un proceso que lleva su tiempo y requiere un aprendizaje. En los primeros años de edad, a los niños les cuesta compartir, es la edad del “mío”, creen que todo aquello a lo que pueden acceder les pertenece. En esta etapa escolar empiezan a aprender a compartir algunas de sus pertenencias y los objetos del entorno escolar. Alrededor de los cuatro y cinco años los niños se inician en la capacidad de ponerse en el lugar del otro, es decir, a profundizar en el desarrollo de su empatía.
Compartir implica cooperar, se relaciona con el respeto hacia los demás, tanto en lo que se refiere a sus pertenencias como a su trabajo, asimismo favorece el desarrollo de la capacidad para comprender los sentimientos de los demás, expresar sus sentimientos con palabras, solucionar conflictos y crear un ambiente y convivencia positiva, entre otros beneficios. En definitiva, compartir no sólo se refiere a bienes materiales sino que también es una habilidad social imprescindible a desarrollar desde edades tempranas.
El taller: “Comparto mi juguete” ha consistido en que cada alumno trajese un juguete al aula, explicase cómo es, por qué le gusta, cómo se juega con él, etc., trabajando con todo ello la expresión oral y comunicativa. Después, tuvieron tiempo libre para compartir sus juguetes e interactuar con sus compañeros. Durante este tiempo las educadoras observaron al alumnado, interactuaron con él, intentando favorecer la participación, sin obligar, y permitiendo las reacciones espontáneas de las niñas y niños.
El taller ha permitido al profesorado observar ciertas conductas que favorecen el desarrollo de los principios pedagógicos de NCA. En relación al principio de interioridad hemos observado si los alumnos respetan a los demás en el juego, si son capaces de mediar en los posibles conflictos y si han conseguido gestionar sus emociones. En lo que respecta al principio de conducta y actividad autorregulada, si es capaz de dominar su impulsividad para jugar o conseguir el juguete de otro niño, respeta el turno y las normas de juego. Referido al principio de mente, cuerpo y movimiento, observamos si juega solo, si el alumno muestra empatía, si es autónomo o busca intervención del profesorado. Conforme al principio de construcción del pensamiento ha permitido apreciar si se expresa con un vocabulario adecuado al explicar su juguete o juego, si llega a acuerdos con sus compañeros y si pide las cosas por favor y agradece. Por último, en cuanto al principio de dimensión social, los comportamientos observados han sido, si manifiesta sentimientos de alegría, sorpresa, enfado… si respeta las pertenencias de los demás y si agradece el momento vivido.
Concluimos esta experiencia vivida en el aula, recalcando que mediante el juego y la diversión, se ha trabajado un valor que requiere, como tantos otros valores, un largo proceso de aprendizaje donde familia, escuela y sociedad deben contribuir.
“Todos los aprendizajes más importantes de la vida, se hacen jugando.”
Francesco Tonucci
Equipo docente de Infantil La Salle Corral de Almaguer
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