En nuestro colegio cada año vivimos con especial entusiasmo la Semana de la Salle, un tiempo profundamente significativo en el que celebramos nuestras raíces, reafirmamos nuestra identidad y rendimos homenaje a quien dio origen a la misión que nos convoca: San Juan Bautista de La Salle, patrono universal de los educadores y fundador del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas.
Durante esta semana disfrutamos de las reflexiones de la mañana con las que conocemos un poquito más a nuestro fundador, ayudándonos a valorar su gran alma y su carisma solidario. Además, la realización de distintos talleres lasalianos con las familias nos recuerdan la importancia de mantener vivo el sentido de comunidad y pertenencia.
En las tardes de gymkana como en las carreras por equipos sentimos más cooperación que competitividad, más corazón que razón y más participación que ambición, pues el espíritu de La Salle se puede percibir como reina entre todos.
Uno de los momentos más significativos de la semana es la procesión en honor a San Juan Bautista de La Salle en la que toda la comunidad educativa se une para acompañar a nuestro Santo desde el colegio hasta la Iglesia. Un silencio luminoso se extiende en las calles, mostrando la emoción, admiración y agradecimiento con un gran aplauso de los más pequeños al compás de la música de nuestra banda musical cuando vemos el trono pasar.
Sin embargo, este día tan especial se continúa con las familias en nuestras aulas celebrando un tiempo de oración muy cuidado y mágico.
Sin duda, son unos días en los que se nos invita a detenernos, reflexionar, reconectar y disfrutar con los valores que nos identifican como comunidad educativa lasaliana: la fe, la fraternidad, el espíritu de servicio, el compromiso con los más necesitados y la búsqueda permanente de una educación integral, humana y cristiana.
La Semana de la Salle es, en definitiva, una oportunidad para volver al origen, para recordar por qué educamos y para quién lo hacemos. Es un tiempo para fortalecer el lazo invisible pero poderoso que nos une a miles de educadores y estudiantes en todo el mundo que, como nosotros, creen en el poder transformador de la educación cuando se vive con pasión, entrega y sentido trascendente.
Que esta semana siga siendo un faro que ilumine nuestro caminar, una fiesta que celebre la vida compartida y un impulso para seguir construyendo, día a día, una comunidad fiel al espíritu de San Juan Bautista de La Salle.
¡Viva Jesús en nuestros corazones! ¡Por siempre!
Post escrito por el Equipo de Infantil de La Salle Arucas
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