En las reuniones generales de padres, contamos a las familias, que dentro del horario escolar tenemos momentos de asambleas, pero… ¿Saben realmente la importancia que tienen en nuestro día?, ¿Conocen cómo se desarrollan y todo lo que se organiza en estos momentos de encuentro?…
La Asamblea, el corazón de nuestra aula, lugar de encuentro y de cohesión de grupo.
¿Qué es una asamblea?
Es un espacio donde todos nos sentamos en corro y cuyo motor principal es el diálogo, un lugar donde se crea un contexto de comunicación entre iguales conversando sobre diferentes temas, que bien van surgiendo por los intereses de los alumnos o se inducen por parte del maestro, resolviendo conflictos o realizando actividades tales como cantar, escuchar cuentos, que dan un bagaje cultural y ayudan al desarrollo del lenguaje.
Como veis es un marco idóneo para desarrollar muchísimos contenidos, desde aptitudes sociales, contenidos cognitivos, capacidades lingüísticas, nociones espacio – temporales y capacidades afectivas.
Además, se integra como una actividad dentro del aula, siendo el núcleo principal de la metodología activa y constructivista que definen nuestras escuelas de La Salle.
Las mañanas empiezan así: entramos por la puerta grande del colegio, llegamos hasta el aula, colgamos nuestra mochila y nuestro abrigo, damos los buenos días, nos sentamos en asamblea y entonces ahí comienza, ¡la gran aventura del día!
Lo primero es empezar por las rutinas de asamblea tales como, Ulises, pasar lista, ver el calendario, reflexión de la mañana y continuamos con un diálogo que parte de los intereses de nuestros alumnos, integrando el proyecto que estamos trabajando (“Chapuzón en el mar”) y planteándonos preguntas que luego más tarde intentaremos resolver entre todos.
La duración de este momento, depende del interés que van mostrando y cómo van respondiendo nuestros pequeños. Es importante, y por otro lado difícil de conseguir, mantener toda la atención. Por ello la duración de esta actividad está entre diez y veinte minutos.
Las asambleas son flexibles y las adaptamos al grupo al que nos dirigimos, cada edad tiene sus características, fomentamos en ellas la participación e intentamos conseguir el máximo interés.
Por lo tanto, la rigidez no funciona, y trazamos estrategias de conversación para que participen y se expresen de forma espontánea.
La escucha activa es muy importante, introducimos en el grupo normas de convivencia para establecer un orden de habla – escucha, de lo contrario hablar desordenadamente hace que esta experiencia sea un auténtico caos y no se cumpla nuestro objetivo.
Pero no solo tenemos la asamblea de la mañana, realizamos cuatro asambleas durante el día.
La segunda, después del patio, y la tercera, después de la comida, son momentos para seguir explicando contenidos, resolver conflictos, seguir expresando experiencias, vivencias…
Siguen siendo momentos para que nuestros niños construyan y reconstruyan sus esquemas de pensamiento gracias a la interacción con compañeros y con sus maestros, en un entorno de afectividad y confianza.
Y la cuarta asamblea, que también tiene un gran peso, es donde realizamos una evaluación de todo el día, ¿qué hemos aprendido hoy? ¿qué es lo que más nos ha gustado? ¿cómo nos hemos sentido? ¿qué cosas podemos hacer para cambiar lo que no nos gusta? a través del diálogo y de forma democrática, vamos analizando y contestando preguntas. Alabando todas aquellas acciones positivas, trabajando la autoestima y enfrentándonos al fracaso de una forma constructiva.
Para esta asamblea también utilizamos las bonificaciones, de gran grupo o por grupos cooperativos, haciendo visible lo que han conseguido (con bonificaciones de pegatinas, pintándonos la cara, eligiendo el material a sacar mañana al patio…, o con cosas que ellos también deciden).
Y así acabamos la jornada, con la satisfacción de un día lleno de experiencias, siempre fabricadas desde el corazón de nuestros alumnos.
Artículo escrito por el equipo de Infantil de La Salle Griñón
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