Culturalmente el abrazo juega un papel importante, el ser humano tiene necesidad de contacto desde el nacimiento (por eso la necesidad de acunar a un bebé,  de sentirnos protegidos desde pequeños ante el miedo, una caída…)

Ante esta situación de distanciamiento social que estamos viviendo, todos hemos sido conscientes de la importancia y el valor que tiene el contacto, un abrazo, un saludo cercano, un “achuchón”… como se suele decir, muchas veces no valoramos algo hasta que lo perdemos. Esto nos ha abierto los ojos y por ello hemos querido reflexionar sobre la importancia que tiene en nuestra vida la cercanía, el contacto físico, el abrazo.

¿Cuáles son, por tanto, los beneficios de un abrazo?

  • Libera la tensión del cuerpo (relaja los músculos y relentiza la respiración…). Así lo hemos podido comprobar tantas y tantas veces a través de las sesiones de interioridad.
  • Calma los estados de ansiedad y enfado.
  • Se libera oxitocina, aumentando el vínculo emocional y afectivo con las personas implicadas…
  • Genera serotonina, aumentando la sensación de bienestar y por tanto, de FELICIDAD.

Además otros beneficios que encontramos en el aspecto emocional son:

  • Nos hace sentir protegidos y con mayor confianza ante situaciones de miedo o peligro
  • La sensación de soledad se reduce
  • Favorecen la reconciliación sin ser necesaria la expresión verbal, de modo que cada uno da o recibe según sus propias necesidades: Justo lo que necesitamos.
  • Resultan reconfortantes ante la tristeza pues nos sentimos apoyados y comprendidos.
  • La autoestima mejora notablemente porque nos proporciona una sensación de ser amados y especiales.
  • Fomenta la confianza en los demás.
  • Incrementa la sensación general de bienestar cuando compartes la alegría a través de un abrazo.

Es por ello, que en nuestro colegio, La Salle Plasencia, siempre se ha dado mucha importancia a tener un momento de encuentro y cercanía, de contacto, en el primer momento de la mañana, al comenzar la jornada. Así pues, algunas de las rutinas y dinámicas que realizábamos hasta ahora eran:

-Saludo o abrazo de buenos días, uno a uno, personalizando con el nombre.

-Rondas de abrazos y palabras bonitas.

-Besos en corro cooperativo

-Rutinas de elección de saludo: chocar el puño, chocar los cinco, beso, abrazo, baile…

Además, es algo que tenemos muy arraigado en nuestro centro, en todos los niveles, ya  que por tradición, todas las mañanas nos juntábamos todos los compañeros aproximadamente durante 15 minutos para desearnos un feliz día, mantener contacto, preguntarnos unos a otros sobre nuestro estado personal… en definitiva, compartir vida.

Somos conscientes de que esta nueva “normalidad” condicionada por el distanciamiento provocan en nosotros, pequeños y mayores, un cóctel de emociones.

Nuestros niños y niñas muchas veces no son capaces de exteriorizarlo pero todos sabemos que anhelan recuperar ese contacto, ese abrazo.

 ¿Qué podemos hacer nosotros en este complicado momento?

-En primer lugar, transmitir tranquilidad, evitando el miedo ante situaciones de contacto.

-Apoyarnos en cuentos, marionetas, dibujos… para ayudarles a entender la distancia.

– Invitar a las familias a salir de casa, ir al parque… para mantener el contacto presencial… (evitando el miedo, la frialdad)

– Las palabras son un arma poderosa para transmitir lo que queremos y lo que sentimos.

-Hacer uso de las miradas y gestos que transmitan cariño, cercanía.

-Ser creativos en los saludos y  en los “abrazos” distanciados

– Sonreír en la distancia y sonreír con la mirada.

 

“Los abrazos son la forma en que Dios nos recuerda cuánto somos amados”  

Gail Lynne Goodwin

 

Post escrito por el Equipo de Infantil de La Salle Plasencia