La escuela lasaliana, después de 300 años de historia, sigue siendo fiel a ese sueño de Juan Bautista de transformar el mundo a través de la educación.
En este sentido, el Nuevo Contexto de Aprendizaje (NCA) nos invita a poner en el centro a la persona, al alumno como verdadero protagonista del proceso de enseñanza-aprendizaje y a cuidar el cultivo de la interioridad. Así pues, en este proceso de adecuación a la nueva realidad, queremos también renovar las metodologías y lenguajes de la enseñanza de la religión, para así garantizar una Educación Religiosa Escolar de calidad.
En nuestro colegio, al igual que en otros centros de La Salle, hemos incorporado el método Godly Play (“Jugar junto a Dios”) dentro de nuestra programación de la clase de religión. Acercamos a los niños al lenguaje bíblico-simbólico y les iniciamos en el uso de una metodología que les invita a a escuchar y acoger la Palabra de Dios.
Godly Play
Godly Play presenta a los niños, que ya tienen un sentido innato de la presencia de Dios en sus vidas, las historias de la Biblia de manera imaginativa. Basándose en los principios Montessori aplicados a la educación religiosa, combina e integra de forma natural los dos medios principales por los que los niños adquieren el conocimiento: el lenguaje y el juego.
En una sesión de Godly Play los niños forman un círculo en el suelo con el narrador, lo que les da sensación de estar juntos en comunidad. Un portero (otro profesor) les prepara para entrar con serenidad en la sala y permanece durante la sesión, sentado cerca de la puerta y atento a cualquier necesidad. Para presentar las narraciones (historias sagradas, parábolas, acción litúrgica…) se utilizan materiales sencillos, pero muy cuidados, naturales a ser posible, que se van colocando en el centro del círculo
Después de la narración, y a partir de preguntas abiertas, se invita a los niños a compartir con los otros su reflexión sobre la historia que han escuchado. Aquí es donde ellos pueden expresarse con total libertad, ya que uno de los objetivos de Godly Play es crear un lugar seguro para los niños; un lugar donde sus ideas, opiniones y capacidades sean profundamente respetadas.
Pasado este tiempo de reflexión, se invita a los niños a elegir el trabajo al que se quieren dedicar durante el tiempo de respuesta. Disponen de una estantería con objetos y materiales que pueden utilizar para sus creaciones. Algunos, eligen trabajar con la misma historia, volviendo a narrarla o recreándola.
Por eso Godly Play es un medio muy eficaz de trabajar con niños que tienen diversos estilos de aprendizaje ya que, después de escuchar la historia, los niños deciden ellos mismos la manera en que quieren responder a ella mediante el juego, la narración (cuentan de nuevo la historia usando los materiales apropiados) o su propia expresión creativa (dibujo, pintura, modelado,…).
La acogida por parte de los niños ha sido excepcional. Poco a poco van familiarizándose con la dinámica de la actividad y la esperan con muchas ganas. Disfrutan durante las sesiones, escuchan las historias con actitud de asombro y reverencia ante algo que para ellos es, a la vez, sagrado y parte de ellos mismos, participan con libertad y respeto. Es un tiempo de sentirse ellos mismos y de acercarse al misterio de la presencia de Dios en sus vidas.
Para nosotros, como educadores en la fe, también ha sido el descubrimiento de un tesoro que debemos cuidar y cultivar, ya que durante ese tiempo también nos sentimos invitados. Y, como no, para los menos niños también es un regalo tener momentos de juego con Dios.
Post de hoy escrito por el Equipo de Educación Infantil de La Salle Maravillas
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