Los sentidos son el contacto con el mundo externo, por lo tanto, son el requisito primordial para la captación de la información y el aprendizaje.
El mundo está lleno de sensaciones que captamos a través del tacto, vista, oído, olfato y gusto, las cuales llegan a nuestro cerebro en forma de estímulos electroquímicos, éste los reconoce y los convierte en percepciones, es decir, los interpreta.
Cuánto mayor fineza y apertura de nuestros sentidos, será más completa la experiencia de la realidad, y con ello nuestro pensamiento tendrá mayores herramientas para el aprendizaje, la adaptación a nuevas circunstancias y el proceso creativo.
El tacto se encuentra en la piel, por tanto es el sentido más extenso en nuestro cuerpo. Actualmente no estamos acostumbrados a sentir la naturaleza, a cerrar los ojos y determinar la temperatura del viento, su velocidad, la humedad en el ambiente, la rugosidad de los objetos, las formas, etc., pues hemos olvidado que el diálogo con la naturaleza es fuente de conocimiento. Los niños que no desarrollan el sentido del tacto es posible que se vuelvan temerosos, con dificultad para expresar sus sentimientos, tengan escasa conciencia de causa- efecto y poca apertura hacia experiencias nuevas.
En nuestro circuito los alumnos han disfrutado al introducir su mano en la caja misteriosa y averiguar qué texturas, formas y objetos se ocultan. Jugando al dominó de texturas. Identificando, comparando y clasificando los diferentes objetos y materiales según sus características.
También han experimentado muchas sensaciones en otras partes del cuerpo: pies, cara, espalda,…
El olfato y el gusto proporcionan sólo el 5% de la información recibida, sin embargo son factores importantes de desarrollo, pues, cuanto más desarrollados estén los sentidos, menor necesidad se tendrá, en la adolescencia, de estímulos fuertes.
El olfato es el sentido que nos sitúa más rápido y de manera global en el lugar en el que nos encontramos. Procuremos enseñar a nuestros alumnos a disfrutar de las hierbas de olor, los granos, la tierra mojada, etc., y distinguir los olores: floral, frutal, especiado, ácido, apetitoso, resinoso, quemado, sucio, mentolado, etc.
Para experimentar con este sentido se han seleccionado una serie de olores característicos y hemos jugado a ¿Adivinas qué es? ¿Agradable o Desagradable?
Eduquemos su sentido del gusto para identificar los cuatro sabores básicos: dulce, salado, amargo y ácido; recordándoles que los demás sabores son completados por el olfato.
Para reconocer los sabores básicos se ha probado diferentes alimentos: azúcar, chocolate, miel, café, limón, sal…
El sentido del oído es muy importante para una escucha activa, que tanto echamos de menos en clase, su estimulación a través de distintas actividades nos ayudará a que nuestros alumnos tengan una buena escucha y buena memoria auditiva. Este sentido también influye en la capacidad de leer y escribir a la vez que en sus relaciones sociales.
En nuestro circuito se ha trabajado la identificación de distintos instrumentos musicales, identificación de distintos tipos de música, sonidos de la vida cotidiana, de la naturaleza,…
El sentido de la vista juega un papel determinante en el aprendizaje de los niños. A través de ella el niño comienza a interactuar con el mundo y recibe muchísimos estímulos. De hecho, la visión involucra hasta el 50% de la capacidad cerebral de nuestros alumnos.
Los niños/as han podido observar el cole a través de distintos colores, tonos, sombras,… percatándose de las diferencias y matices que existen dependiendo del color por el cual se mire.
Los mayores de la etapa también han trabajado la ausencia de algunos de los sentidos y valorando la importancia que tienen los sentidos en las rutinas diarias.
Actualmente los niños se están perdiendo muchas experiencias inestimables, se observa poca capacidad de discernir entre olores, texturas y sabores, la vista se ha conformado con gran predominancia. Sin embargo es una práctica que se debe de modificar, como profesores debemos estar atentos para que todos los sentidos rindan con buena capacidad, para aprovechar toda la información del entorno, lo que se reflejará en mayor capacidad de anticipación y amplitud para el aprendizaje.
Se encuentran niños catalogados con problemas de aprendizaje, pero en realidad poseen problemas de educación de los sentidos.
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