La motricidad fina se refiere a la habilidad de coordinar los movimientos pequeños de las manos y los dedos. Es esencial para actividades cotidianas como escribir, dibujar, abotonarse la ropa y manipular objetos pequeños.
Las habilidades de motricidad fina son cruciales para el aprendizaje posterior, especialmente en la escritura y el uso de herramientas. Un buen desarrollo en esta área puede facilitar el aprendizaje académico.
Las actividades que involucran la motricidad fina también estimulan el desarrollo cognitivo, ya que requieren concentración, coordinación y capacidad para seguir instrucciones. A medida que el niño y niña avanza en el dominio y precisión de los movimientos finos, le otorgará mayor autonomía y seguridad en la realización de actividades cotidianas logrando así mayor independencia y la realización de actividades más complejas.
Dentro de nuestra metodología, desarrollamos actividades manipulativas que favorezcan el desarrollo de esta motricidad. Algunos ejemplos serían:
Entorno internivel Escritura Creativa: enroscar tapones, modelar letras con plastilina, ensartar pajitas en tubos de cartón, tender prendas de ropa, etc.
Entorno de nivel Comunicación y Lenguaje: agarre del lápiz en pinza, practica de la escritura y el garabateo en diferentes soportes, etc.
Entorno de Razonamiento Lógico: seriaciones de tapones, policubos, ensartables, pinchitos, etc.
Cabe destacar el carácter globalizador de nuestra metodología que no encorseta actividades en un solo área o en entornos, sino que se trabaja de manera general. Damos importancia al aprendizaje significativo en base a nuestra metodología constructivista, donde se requiere la participación activa del alumnado dándole un sentido personal al conocimiento.
Post escrito por el Equipo de Infantil de La Salle Antúnez
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