Volcán, salitre y lava
Nuestro entorno de Gestión Emocional nos habla de lo esencial que debe resultar para nosotros como Educadores Lasalianos suscitar el trabajo de la competencia emocional desde la perspectiva del saber ser para alcanzar el Principio Pedagógico de Interioridad dentro de la Dimensión Emocional.
Se nos recuerda que el desarrollo de la persona en nuestros centros debe trascender de la realidad material y ahondar en lo más profundo de nuestro interior.
Es desde ahí, donde nuestro alumnado comprenderá los hechos y situaciones, progresará en la adversidad, contemplará la vida y su entorno, y conseguirá extraer los principios de bondad y de verdad allí donde se encuentran, a pesar de las dificultades…
De la dimensión emocional, extraemos que tendremos la oportunidad de trabajar desde la emoción, el sentimiento, la regulación, el autoconcepto y el autoconocimiento…
Debemos poner un énfasis importante en la dimensión social del aprendizaje, presentada como una oportunidad de vivir la identidad social y desarrollar la convivencia y la participación en la sociedad resaltando sobre todo los valores sociales…
Y de repente, un domingo de tranquilidad, a mitad del mes de septiembre, sentados en el sofá poco después de almorzar, la naturaleza nos daba lo oportunidad de comenzar a practicar nuestro entorno de Gestión Emocional con una potencia que jamás la hubiéramos deseado…
Incrédulos ante la televisión, presenciábamos como después de cincuenta años la tierra volvía a rugir y desde las entrañas de la maravillosa Isla de La Palma surgía de nuevo el magma. Al principio gran admiración, asombro, majestuosidad ante el poder de la naturaleza, luego preocupación, tristeza, impotencia…El volcán comenzaba a arrasar con propiedades, pertenencias, historias, recuerdos y se nos encogió el corazón…
El lunes en la acogida no se hablaba de otra cosa, ¡el volcán de La Palma echa fuego!, ¡la lava baja montaña abajo!, ¡la lava se ha llevado unas casas!, ¡hay personas que se han quedado sin hogar!, ¡hay personas desalojadas y que ya no tienen nada!, ¡y los animalitos!, ¿se habrán salvado?, ¡queremos saber cómo funciona un volcán!, ¿cuánto va a durar?, ¿qué podemos hacer nosotros?, ¿cómo podemos ayudar? Esta vez la tragedia quedaba muy cerca…Estábamos todos muy tristes, preocupados, enfadados, disgustados…
Entonces decidimos ponernos manos a la obra… Y explicamos, visualizamos, comprendimos que debíamos expresar nuestros sentimientos, compartir nuestros miedos y preocupaciones; preguntamos y quisimos saber qué podíamos hacer para ayudar y colaborar y también empatizamos, nos pusimos en el lugar de las personas que estaban sufriendo esta enorme tragedia, vivida también de cerca por familiares directos de nuestro alumnado, y decidimos visualizar nuestros sentimientos, plasmarlos y enviar un mensaje de esperanza… ¡ÁNIMO LA PALMA! ¡ESTAMOS CONTIGO!
Equipo de Infantil de La Salle San Ildefonso
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