Educando niños felices

En nuestras aulas buscamos que el alumnado crezca de manera sana y feliz. Es fundamental que se desarrollen en ambientes seguros y cercanos para que puedan progresar de forma positiva en su autocrecimiento. Para ello, el Entorno de Gestión Emocional nos dota de herramientas que promueven la educación emocional de nuestro alumnado como un aspecto básico de su desarrollo integral para que sean capaces de resolver problemas por sí mismos y saber tomar buenas decisiones para su vida. De esta forma, nos aseguramos que nuestro alumnado tenga una buena autoestima y confíe en sus propias capacidades siendo capaces de actuar conforme a sus propios intereses y valores.

Es importante tener en cuenta estos criterios básicos si queremos que nuestro alumnado crezcan en un ambiente de cooperación, respeto y tolerancia:

  • Equilibrio entre el cariño y la firmeza, utilizando un lenguaje asertivo permitiendo que la comunicación sea lo más clara y respetuosa posible para generar un buen ambiente emocional.
  • Ayudar al alumnado a adquirir un sentido de pertenencia al grupo haciéndoles protagonistas de las vivencias dentro del aula, enseñándoles que los conflictos y errores son oportunidades de aprendizaje.
  • Dotarlos de herramientas que les sirvan, no sólo para el momento inmediato si no que sean extrapolables a situaciones futuras de aprendizaje.
  • Enseñarles habilidades sociales y de vida que fomenten el respeto, la preocupación por los demás, la solución de problemas y cooperación, así como las habilidades para contribuir en todos los ámbitos de su vida.
  • Alentar al alumnado a descubrir sus capacidades para que se sientan motivados y quieran seguir aprendiendo explorando, manipulando, jugando y divirtiéndose en el entorno que les rodea.

¿Cómo trasladamos esto a nuestras aulas?

En NCA creamos ambientes cercanos y seguros, estableciendo modelos que fomenten el respeto y la tolerancia ya que esto facilita la construcción de su autoestima y le da un espacio seguro para que el niño pueda iniciar su proceso de enseñanza – aprendizaje. Este es el primer paso, y comenzamos a aplicarlo desde el momento que recibimos a nuestro alumnado cada día.

A lo largo de la jornada escolar se suceden varios momentos  (en las reflexiones de la mañana, en el Entorno de Gestión Emocional, en el Entorno de E.R.E., las campañas y celebraciones) en los que podemos involucrar a nuestro alumnado, creando oportunidades de aprendizaje donde uno de nuestros objetivos es que se centren en la búsqueda de soluciones en lugar de castigos o consecuencias a sus acciones. Este aparente pequeño matiz cambia mucho el ambiente del aula.

Para conseguir buscar soluciones a los problemas que puedan surgir es importante:

  • Que los niños tengan unas rutinas y puedan anticipar y ver lo que va a ir sucediendo a lo largo del día. Esto lo trabajamos diariamente en el momento de la Acogida donde planificamos las actividades y los momentos que se van a desarrollar durante la jornada, recordándolos siempre que sea necesario. Con todo esto lo que conseguimos es darles seguridad, ya que así tienen una referencia visual de lo que va a ir ocurriendo.

Las acogidas también son un momento adecuado para detectar estados de ánimo,  poder hablar sobre ellos y conectar emocionalmente con el alumnado.

Al finalizar el día en el Cierre recordamos las cosas que hemos hecho y aprendido, lo que más nos ha gustado, cómo nos hemos sentido y vemos, si ha ocurrido algo, cómo lo hemos solucionado.

  • Que tengamos reuniones de aula en clase para tratar los asuntos que van surgiendo. Dentro del Entorno de Gestión Emocional están establecidas estas reuniones periódicamente que nos ayudan a enseñar a nuestro alumnado habilidades para abordar los problemas y enfocarse en las soluciones, habilidades de comunicación, habilidades para la vida así como el respeto, la cooperación y el enfoque en las soluciones.
  • Que el alumnado colabore en la creación de un espacio en el aula donde poder retirarse el tiempo que necesiten para volver a la calma, a ese lugar le llamamos Rincón de la Calma. El fin de este espacio es que los alumnos puedan acudir a él cuando una emoción fuerte llegue a ellos y así poder autogestionarla. De esta forma van aprendiendo a conocer y gestionar las emociones.

Por otra parte, lo que sucede en el Espacio Abierto, requiere de atención, ya que pueden suceder conflictos y situaciones diversas derivadas del juego y que podemos aprovechar como un tiempo privilegiado para hacer real el acompañamiento al alumnado.

Los Proyectos también nos dan la oportunidad para que el alumnado siga desarrollando su autonomía, favorecen la autorregulación de la conducta así como el refuerzo de las habilidades sociales.

El juego simbólico, el juego cooperativo, las dramatizaciones y muchas de las cosas que hacemos diariamente en el aula nos dan la oportunidad de aplicar y desarrollar los aspectos que enmarcan nuestro estilo educativo.

Como podemos ver, conocer las emociones, poner nombre a lo que sentimos y aprender a gestionar lo que nos pasa es uno de los aspectos importantes que debemos trabajar con nuestro alumnado, para que sean personas responsables, que adquieran habilidades de escucha, que aprendan el autocontrol, que aprendan a cooperar, a disculparse, a tomar decisiones y a ser resilientes.

Por eso debemos aprovechar y poner en su día a día oportunidades de aprendizaje que le hagan desarrollarse en todos los ámbitos de su persona. Cualquier momento del día es ideal para comentar, hablar, reflexionar sobre algo que haya ocurrido en la dinámica diaria y que veamos que nos puede servir para trabajar nuestros objetivos.

Para que todo esto se integre de una forma positiva en nuestras aulas debemos alentar al alumnado a que expresen sus sentimientos, los pongan en común, se conozcan mejor y, de esta manera, desarrollen todo su potencial para que consigan un uso productivo de su autonomía y al practicarla, tenga su fruto a largo plazo y en todos los aspectos de su vida.

No podemos proteger a nuestros niños de la vida. Por lo tanto es esencial prepararlos para ella.

Dreikurs

Post escrito por el Equipo de Infantil de La Salle Sagrado Corazón