Junio ya está aquí.

Muchos meses de esfuerzos, de miedos e inseguridades, de mucho leer y aprender, de hacernos muchas preguntas, de esforzarnos por mejorar, de ¿y tú cómo lo haces? ¿a ti te funciona?

Meses de dudas e ilusiones.

Dudas que se iban difuminando cuando veíamos la ilusión en los ojos de los niños. De ver cómo los viajes por los continentes nos iban insuflando energía y ganas para seguir.

 Muchas carpetas compartidas en el ordenador llenas de ideas.  La plastificadora y las tijeras, nuestras nuevas mejores amigas.

Septiembre empezó con todo por hacer.

Y con los cajones vacíos.

En la mente, un proyecto sobre los continentes. En las aulas, ritmos de aprendizaje e intereses diferentes.

Con ilusión las estanterías se fueron llenando de maquetas, materiales manipulativos, cuentos, dibujos… Cada día una idea nueva, cada día, un “he visto esto, ¿qué te parece? ¿nos lanzamos?”.

Las clases se transfomaron en playas, castillos, iglús, pagodas japonesas, tipis y chozas africanas. Los “habitantes” de esas clases, en libros en blanco que fueron llenando de ilusiones, descubrimientos y aprendizajes.

Y eso deshizo todas las dudas. Y eso nos inspiró a seguir.

Junio acaba con muchos aprendizajes, de los niños y nuestros.

Decimos adiós a otro grupo de niños y niñas que ha pasado por nuestras vidas dejando huella en nosotras.

El verano empieza con muchas ideas de cara al próximo curso. Nuevo proyecto, ¡allá vamos!