¡Nos vamos de vacaciones! Pero no sin antes poner “la guinda del pastel”… ¿y qué mejor forma de hacerlo? Nuestros niños de Infantil han puesto sus manos en la masa para celebrar el Tricentenario de la muerte de nuestro Fundador de la manera más dulce: ¡nos hemos convertido en pasteleros por un día!

Así, durante el pasado taller de familias, padres, profesores y alumnos, engarzados como verdadera comunidad educativa, pusimos nuestros conocimientos culinarios al servicio de nuestro Cole para dar forma a unas preciosas tartas decoradas con un 300 muy original.

Inmersos en el nuevo contexto de aprendizaje, nuestro taller fundamentó el trabajo conjunto de profesores, familias y alumnos con la finalidad de poner de manifiesto el papel que juega la escuela cuando se puede aprender en todo contexto y en todo momento.

Desde esta perspectiva, los alumnos se situaron en el núcleo de su proceso educativo y desde ahí hicieron un esfuerzo por dar respuesta al interrogante: ¿cómo diseño mi propio pastel? Como si se tratase de una auténtica celebración familiar, acompañándose de todo tipo de utensilios e ingredientes, consiguieron dar forma a unas sorprendentes decoraciones y… “et voilá”!, ¡pasen y vean!, ¡el postre está servido!…

Como auténtico catalizador de nuestro pensamiento crítico y creativo, este taller ofreció la posibilidad de resolver una situación “problemática” desde el equilibrio y el afán por participar desde “dentro”: para que el aprendizaje cambiara, ellos debían hacer cosas diferentes. En síntesis, trató de ser una actividad en la  que padres, profesores y alumnos se involucraron activamente en el  proceso de enseñanza- aprendizaje de los más pequeños. ¡A por 300 más, pequeños Juanbas!