Cuántas veces hemos escuchado la frase “los niños son como esponjas” o “los idiomas se aprenden mejor cuando somos pequeños”. Todas estas frases son ciertas y la razón científica para entenderlas es la plasticidad del cerebro. Antes de los 6 años es cuando se producen el mayor número de conexiones neuronales y nuestro cerebro permanece a la espera de ser estimulado. Por eso, debemos aprovechar la etapa de Infantil para iniciar el aprendizaje de un idioma.

El proceso de aprendizaje de una segunda lengua ha de seguir el mismo proceso que el de la lengua materna. Los niños deben comenzar escuchando y comprendiendo para después poder empezar a hablar.

Aprender algo siempre es más sencillo cuando se tienen en cuenta nuestros gustos e intereses. Por ello, siguiendo la nueva propuesta metodológica de Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) y partiendo de los intereses de los niños hemos incluimos el inglés de manera transversal en los diferentes Proyectos, incorporando el vocabulario y las actividades más adecuadas.

De una manera lúdica, a través de los rincones cooperativos, los cuentos y las canciones conseguimos que nuestros niños interactúen, se desenvuelvan de una manera positiva y activa y, sin apenas darse cuenta, empiecen a utilizar el segundo idioma en sus momentos de juego y en las diferentes rutinas diarias.

Desde los dos años nuestros niños tienen contacto diario con el inglés, practicando la discriminación auditiva y el aprendizaje globalizado, entendiendo el nuevo idioma como otro vehículo de comunicación y convirtiéndose en algo natural y placentero.

Aprenden vocabulario y estructuras jugando al bingo en el rincón de razonamos, señalando rápidamente la palabra que diga el “speaker” en el rincón de leemos o en el patio, buscando la palabra que diga la “teacher”.

Las clases de inglés se han convertido en una continuación de las de español. La única diferencia es el idioma que se utiliza.

Ya no se trata solo de aprender inglés, si no de aprender en inglés.

“Play is the highest form of research”

“El juego es la forma más elevada de investigación”

(Albert Einstein)